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Láser CO2 Ginecológico

La evidencia científica deja claro que hoy por hoy el láser de elección para tratamientos ginecológicos es el de CO2. El YAG y la radiofrecuencia pueden alcanzar similares resultados pero sin la misma eficiencia en el sentido de pocas sesiones, comodidad y duración del efecto deseado.

Aplicaciones del Láser CO2 en ginecología, ginecoestética y ginecología regenerativa


El láser CO2 es el tratamiento que ofrece mejores resultados en Ginecología Estética Funcional y Regenerativa.

Es uno de los tratamientos más versátiles en la especialidad ginecológica y dermatológica.

Posee posibilidades casi ilimitadas gracias a su gran capacidad de vaporización, ablación, corte y coagulación.

Sus principales aplicaciones son:

El síndrome de hiperlaxitud o relajación vaginal tiene hoy como único tratamiento eficaz el láser vaginal.

La hiperlaxitud vaginal consiste en la sensación de agrandamiento de la vagina con una pérdida de capacidad de fricción durante el coito y, en muchas ocasiones, existencia de ruidos no deseados dentro y fuera de la relación sexual.

Aunque el diagnóstico es subjetivo y por lo tanto difícil de cuantificar científicamente, sabemos que es una patología frecuente a la que desgraciadamente no se le da la importancia que de verdad tiene para la mujer que la padece.

Si bien puede ocurrir en cualquier momento de la vida de la mujer, se da de forma más frecuente tras el parto; por eso al tratamiento de tensado vaginal como una parte más de la recuperación tras el mismo se le ha llamado láser postparto.

El tratamiento con el láser intravaginal mediante la estimulación de la producción de colágeno en los fibroblastos del tejido conectivo consigue un tensado vaginal que corrige esta situación sin necesidad de una cirugía como es la vaginoplastia.

El láser vaginal de CO2 es el mejor tratamiento para la sequedad y atrofia vaginal que existe actualmente.

Aunque los términos "atrofia vaginal" y "sequedad vaginal" a menudo se usan indistintamente, no son lo mismo.

La atrofia vaginal es el adelgazamiento de las capas del epitelio vaginal, lo que altera su ecosistema y funcionamiento. Esto puede resultar, entre otras cosas, en sequedad vaginal.

Dado que la atrofia vaginal generalmente ocurre durante la menopausia, una etapa que desafortunadamente todavía se asocia con el envejecimiento, el tratamiento con láser de CO2 para la atrofia y sequedad vaginal se conoce popular y comercialmente como "rejuvenecimiento vaginal", un término que no siempre es el más adecuado.

Esta condición suele ser causada por un déficit hormonal, como el que ocurre durante la menopausia, y puede provocar síntomas importantes como escozor, picor, dolor durante las relaciones sexuales que a menudo las hace imposibles, y otros problemas significativos como una mayor tendencia a infecciones urinarias y vulvovaginales, prolapsos o incontinencia urinaria.

Sin embargo, la sequedad vaginal no se limita a la menopausia. Cada vez más mujeres jóvenes experimentan problemas de lubricación vaginal, resultando en sequedad. Generalmente, esto también se debe a causas hormonales, como en el caso de las usuarias de anticonceptivos hormonales, aunque también hay otras causas idiopáticas o sin aparente explicación.

En este contexto, el láser vaginal ha surgido como uno de los tratamientos más eficaces dentro de la creciente especialidad de la Ginecología Estética Funcional y Regenerativa.

La capacidad del láser de CO2 para regenerar las células del epitelio vaginal, junto con la durabilidad de sus efectos, lo convierte en la mejor alternativa actual para tratar las patologías que componen el síndrome urogenital de la menopausia.

El láser vaginal de CO2 se ha convertido en el tratamiento preferido para la incontinencia urinaria femenina.


Este método no invasivo y sin dolor estimula la producción de colágeno en el tejido conectivo que sostiene y cierra la uretra. Al estimular la creación de nuevo colágeno, el tejido conectivo alrededor de la uretra se fortalece, mejorando su funcionalidad y evitando la pérdida de orina.


El láser de CO2 es eficaz tanto para la incontinencia urinaria aislada como para otras condiciones asociadas como la sequedad, hiperlaxitud o prolapso vaginal, abordando todas estas situaciones simultáneamente.


Este tratamiento se realiza de manera ambulatoria en consulta, sin necesidad de cirugía y sin dejar estructuras permanentes en el tejido, como cintas o mallas, que podrían causar problemas a largo plazo.


Tradicionalmente, los tratamientos para la incontinencia de esfuerzo se centraban en el fortalecimiento del suelo pélvico mediante fisioterapia o cirugía, donde se colocaban mallas o cintas para aumentar el colágeno y mejorar el soporte uretral. Aunque estas cirugías eran efectivas en muchos casos, no trataban la atrofia y las mallas podían causar dolor durante las relaciones sexuales, afectando negativamente la salud sexual.


En resumen, el láser vaginal de CO2 es actualmente la mejor opción para tratar la incontinencia urinaria femenina, ofreciendo resultados muy satisfactorios no solo en la incontinencia de esfuerzo, sino también en casos de urgencia miccional e incontinencia mixta.


Es importante no esperar a que la incontinencia empeore para buscar tratamiento, ya que esto podría llevar a opciones quirúrgicas menos efectivas y con mayores riesgos y efectos secundarios.

El láser de CO2 se presenta como una alternativa terapéutica prometedora para el liquen escleroso vulvar, una patología común que carece de tratamientos efectivos en la medicina convencional.

El liquen escleroso es una enfermedad cutánea inflamatoria crónica de origen desconocido que causa aclaramiento, endurecimiento y resequedad en la piel, generando un intenso prurito o picor.

Con el avance de la enfermedad, la piel se atrofia y retrae, desdibujando la anatomía normal de la vulva. En casos graves, los labios menores pueden desaparecer y el clítoris y la uretra pueden quedar enterrados. La entrada a la vagina se estrecha y endurece, haciendo imposible la penetración.

Aunque el liquen escleroso no se limita a la vulva, es particularmente prevalente en esta área, siendo quizás la afección dermatológica más común en ginecología.

El liquen escleroso es más frecuente en mujeres de alrededor de 50 años, pero puede presentarse a cualquier edad, incluso en niñas pequeñas.

Es crucial diferenciar el liquen escleroso de otras enfermedades vulvares con síntomas similares, como el cáncer escamoso de vulva, lo que requiere una biopsia para un diagnóstico preciso.

El tratamiento inicial suele ser con corticoides de alta potencia, como el clobetasol, pero este no siempre resulta completamente eficaz. Hay pacientes que no responden al tratamiento o en quienes la enfermedad progresa a pesar del mismo.

En estos casos, el láser de CO2 ofrece una alternativa terapéutica que ha demostrado ser cada vez más eficaz, reduciendo significativamente los síntomas, mejorando la apariencia clínica y, en muchos casos, deteniendo el avance de la enfermedad.

La vaporización con láser de CO2 es el tratamiento de elección para las verrugas y casi cualquier otra lesión benigna que se de en la zona genital.

Este tratamiento, en su modo de vaporización, ofrece una alternativa de tratamiento rápido, incruento, y limpio frente a la extirpación quirúrgica convencional.

En el área genital y perianal prácticamente todas las verrugas que encontremos serán condilomas acuminados producidos por el virus del papiloma humano VPH, aunque pueden darse otras de otros tipos, incluso lesiones con relieve no víricas que igualmente tendrán en la vaporización su mejor tratamiento.

Vaporización con láser de CO2

Con el se vaporizan las verrugas eliminándolas por completo.
Se hace en consulta, con anestesia local, tópica o infiltrada, y, dependiendo del número y extensión de las verrugas, suele ser un procedimiento breve y sencillo.
En la gran mayoría de los casos no hay molestias posteriores ni queda ningún tipo de cicatriz.

Extirpación quirúrgica

También es posible hacer una escisión quirúrgica de las verrugas genitales, para lo que igualmente puede usarse el láser de CO2 en modo quirúrgico.
Pero la cirugía en las lesiones verrucosas es un procedimiento cada vez más en desuso dada la facilidad y mejores resultados obtenidos mediante vaporización con el láser de CO2.

La vaporización con láser de CO2 se está estableciendo como el tratamiento preferido para lesiones del cuello uterino, como las cervicitis y las ectopias.

Estas afecciones suelen causar sangrados intermitentes, frecuentemente asociados con esfuerzos físicos o, más comúnmente, con el coito. La inflamación del cuello uterino altera su estructura, provocando sangrados con el más mínimo roce o presión.

Al vaporizar las capas superiores del cérvix, se elimina el tejido inflamado, logrando así un "resurfacing" del epitelio cervical, es decir, formando una nueva capa de mucosa sana.

Este mecanismo ha llevado a considerar que la vaporización del cérvix también podría ser eficaz para eliminar el virus del papiloma humano (VPH), que a menudo está detrás de estas lesiones y es la causa del cáncer de cuello uterino y las displasias que lo preceden.

Estas alteraciones celulares solo se pueden diagnosticar mediante citología, ya que mientras el VPH en la piel de los genitales externos y el ano suele causar condilomas, en el cérvix provoca displasias celulares no visibles a simple vista.

Estudios recientes sugieren que el láser de CO2 puede ayudar a eliminar el VPH en estos casos, por lo que la vaporización de lesiones cervicales se está convirtiendo en un tratamiento cada vez más recomendado para infecciones por VPH con lesiones cervicales.

El láser vaginal ha demostrado ser un tratamiento eficaz para casos de prolapso genital leve o moderado, ya sea de útero, vejiga o recto.

La mejora en los prolapsos se ha observado como un efecto positivo adicional mientras se trataban otras patologías con el láser vaginal, como la incontinencia urinaria o la hiperlaxitud. Durante el proceso de tensado vaginal, se ha visto que tanto la vejiga como el recto y el útero tienden a reposicionarse en su lugar anatómico original, a la vez que se restaura el cierre del introito vaginal.

En el caso de los prolapsos genitales, se ha constatado que cuanto menor es el grado de prolapso, mayor es el éxito terapéutico del tratamiento con láser vaginal. Por esta razón, es importante que las pacientes que consideren este tratamiento no lo posterguen, ya que los prolapsos tienden a empeorar con el tiempo y los casos de alto grado generalmente solo pueden solucionarse con cirugía.

El láser de CO2 es el tratamiento más eficaz para aclarar la zona genital.

Aunque comúnmente se conoce como blanqueamiento genital (blanqueamiento anal, blanqueamiento vulvar, blanqueamiento perineal), preferimos referirnos a este procedimiento como aclaramiento genital, un término más médico y preciso. Este tratamiento logra un aclaramiento variable de la piel en la zona tratada, dependiendo de cada persona, pero no un blanqueamiento total, que generalmente no es el efecto deseado.

El láser genital elimina las capas superficiales de la piel, que suelen estar más oscuras, y aumenta la permeabilidad cutánea, facilitando la penetración de agentes despigmentantes en capas más profundas. Por eso, el tratamiento debe complementarse con el uso de despigmentantes tópicos en casa para completar y prolongar el efecto.

La cantidad de sesiones necesarias se determina a medida que la piel se aclara, siendo la propia paciente quien decide si se requieren más tratamientos.

Las infecciones vaginales crónicas y recurrentes, así como las infecciones urinarias repetitivas, pueden beneficiarse del tratamiento con láser vaginal.

Similar a los prolapsos genitales, el efecto protector frente a infecciones se ha observado como un beneficio adicional en pacientes que recibieron tratamientos de láser vaginal por otras patologías, como la sequedad vaginal o la incontinencia urinaria. En muchos casos, estas pacientes presentaban el síndrome urogenital de la menopausia, que a menudo incluye infecciones vaginales y urinarias recurrentes. Sin embargo, también se ha visto que mujeres más jóvenes, con vaginitis y/o vaginosis recurrentes, obtienen beneficios del tratamiento con láser, independientemente de la menopausia.

El efecto positivo del láser vaginal es tan evidente que ahora se recomienda este tratamiento para casos de infecciones urogenitales crónicas o recurrentes, tanto en mujeres menopáusicas como no menopáusicas.

Entre otros beneficios, los efectos regenerativos del láser en la mucosa vaginal restablecen un ecosistema adecuado para defenderse por sí solo contra la flora patógena. Este efecto se debe al aumento de células superficiales en el epitelio vaginal, mayor descamación de las mismas y una mayor concentración de glucógeno, que nutre a la flora saprofita de la vagina. El resultado es una flora vaginal fortalecida y más capaz de defender su entorno.

Además, la formación de nuevo colágeno contribuye a que la vagina y la uretra estén mejor cerradas, lo que reduce la entrada de agentes patógenos.

El láser de CO2, con su capacidad para cortar y coagular simultáneamente, es una herramienta precisa, fina, mínimamente invasiva y altamente hemostática, lo que lo convierte en una excelente opción para cirugías ginecológicas.

Entre las cirugías ginecológicas más comunes realizadas con el láser de CO2 se incluyen:

- Labioplastias
- Cirugías del capuchón del clítoris
- Drenaje de bartolinitis
- Extirpación de quistes de Bartholino
- Reparación de episiotomías o episiorrafias
- Ablación en zonas de punto gatillo en casos de vulvodinia
- Prácticamente cualquier cirugía en la zona genital

Estas intervenciones se benefician de la precisión y efectividad del láser de CO2, mejorando los resultados y reduciendo las complicaciones postoperatorias.

El láser de CO2 actúa básicamente a través de tres mecanismos de acción

  1. Regeneración, estimula la formación de uno nuevo sano, su regeneración.
  2. Vaporización, hace la conversión del tejido en vapor de agua.
  3. Corte y coagulación, la base de la cirugía.

Preguntas frecuentes

¿Cómo se hace el láser vaginal?

Se realiza de forma ambulatoria, en unos 20 minutos y bajo anestesia local tópica en forma de crema por lo que es totalmente indoloro.
El tratamiento es intravaginal y se aplica con un cabezal cilíndrico que mediante un lente interno permite acceder a la totalidad de las paredes vaginales.
Tras el tratamiento la paciente puede volver a su vida normal con mínimas o ninguna molestia.

¿Cuántas sesiones son necesarias?

El número de sesiones con el que ofrecer mejores resultados es variable dependiendo de cada patología y de cada mujer, pero para la mayoría de los casos lo aconsejable es que no sean menos de tres.

¿Puedo combinar tratamientos?

Claro que sí. En realidad funciona mucho mejor al combinarse con plasma rico en plaquetas y puede realizarse sólo intra vaginal o de forma externa en la vulva.

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